Oscilando entre el frescor de la noche y el calor reconfortante de madera, esta fragancia evoca una energía espontánea de notas cítricas brillantes: La nota vigorizante de melosidades cidra en contacto con la naranja dulce.
Poco a poco, un efecto frío se intensifica diez veces por el aceite de menta, que evoca la emoción de la caída de la noche.
Entonces, el pino siberiano y el abeto balsámico traen un calor reconfortante de esta naturaleza salvaje.
En la oscuridad de la noche, la fragancia adquiere un toque picante de semillas de angélica mientras que las flores eternas prolongan la sensación de calidez deliciosa en este desierto prístino.